Retazo del libro “Mientras tanto, en Londres”

Por su cama habían pasado las mejores modelos, pero sabía que esta vez era diferente. Esta vez él tenía miedo, porque el premio era inmenso.
El premio no era una noche de ejercicio físico en la cama.
No, aquí no había un premio raquítico en forma de cuatro orgasmos mal contados.

Detrás de ella había un Premio con mayúsculas. Había exactamente:
– 1314 tardes arrebujados ante la chimenea
– Innumerables horas dormidos abrazados
– 30 discusiones fuertes y 30 conciliaciones fuertes
– Desayunos y comidas y cenas y paseos en el parque y carreras bajo la lluvia
– Una media de 15,4 abrazos diarios
– Silencios que no incomodan
– Risas, suspiros, carcajadas y gritos de placer
– Y, en total, 50 años por delante para conocer hasta el último rincón de sus personalidades.

En lo bueno y en lo malo.

“Mientras tanto, en Londres”

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